A diferencia de los agujeros negros, mismo que son capaces de absorber todo lo que hay a su alrededor con una bestial fuerza y velocidad, los agujeros blancos también con capaces de sorprender al mundo de las ciencias por ser considerado como una región del espacio-tiempo donde la materia y la energía son expulsadas a una tasa colosal, en lugar de ser absorbidas.
Estos “anti-agujeros negros”, responsables de emitir una
cantidad exorbitante de luz y radiación, al ser reversa la actividad en
comparación con los negros, podría ser un gran detonante para poder viajar en
el tiempo, algo inimaginable para muchos.
Aunque la presencia de los agujeros blancos aún no ha
sido confirmada por la observación directa, la teoría matemática detrás de ella
es sólida y lo da como una gran probabilidad. Fue así por ejemplo, en los
resultados de las ecuaciones de reconocido científico Albert Einstein, los que
sugieren que estas entidades podrían existir a pesar de que su naturaleza sigue
siendo considerada por la ciencia como un enigma.
Los agujeros blancos representan un desafío para los
científicos no sólo por sus propiedades teóricas, sino también por la ausencia
de herramientas tecnológicas, sin embargo, su emisión podría confundirse con
otros fenómenos cósmicos. El agujero negro representa un punto de no retorno,
mientras que el agujero blanco, según su concepto, podría ser la salida de un
túnel donde emerge materia y luz.
Tanto las estructuras de los agujeros blancos como los
negros, estarían conectadas a través de un “agujero de gusano”, el cual
permitiría viajar por el tiempo, no obstante, aunque sin dudas se trataría de
uno de los hallazgo que podría cambiar el rumbo de toda la humanidad, la
realidad es determinante y nos recuerda que hasta este presente 2024, todo se
trata de suposiciones.