La temporada de huracanes de este 2024 tiene altas expectativas de ser muy activa debido a que las temperaturas inusualmente altas combinadas con el efecto de El Niño, en disminución, podrían favorecer la formación de huracanes extremos este año.
Así lo está prediciendo el portal Meteored debido a
diversos modelos de pronósticos que han dado a conocer especialistas en el
clima: por un lado el océano sigue registrando altos valores de temperatura, y
el esquema de circulación apunta a que la mayor variación vertical de viento
vaya en descenso. Ambos ingredientes favorables para el desarrollo de sistemas
tropicales.
Las temperaturas tan elevadas del océano Atlántico Norte
son extraordinarias, estadísticamente en una ocurrencia de una vez cada 284 mil
años.
El “callejón de los huracanes” del océano Atlántico
tropical ya está experimentando temperaturas de verano desde febrero, o sea en
pleno invierno. Los especialistas ven que estas temperaturas sin precedentes
podrían ser una mala noticia para la próxima temporada de tormentas, tal como
lo relata Live Science.
Desde marzo de 2023 las temperaturas medias de la
superficie del mar en todo el mundo han alcanzado máximos históricos y siguen
subiendo. Este ominoso calentamiento oceánico está siendo impulsado por la
aceleración del calentamiento global y el patrón climático de El Niño.
“Desde la década de 1980 el mundo experimenta un ritmo de
calentamiento cada vez mayor”, señala Joel Hirschi, jefe asociado de
modelización de sistemas marinos del Centro Nacional de Oceanografía del Reino
Unido, que el ritmo de calentamiento no aumenta de un año para otro, y lo que
se ve son fases de calentamiento más rápido alternadas con periodos en los que
el calentamiento es más lento. Es contundente al indicar que “el nivel de calentamiento
que vimos en 2023 y ahora en 2024 es notable”.
En este momento de marzo la temperatura media de la
superficie del mar en el Atlántico Norte es de 20.3 °C, lo que representa un
grado más que la media de 1981-2011. Esto también incluye el “callejón de
huracanes del Atlántico”, un cinturón de agua que forma huracanes y que se
extiende desde la costa occidental de África hasta América Central. Se puede
decir que se está ante una situación no vista en tiempos recientes.
El tweet superior da cuenta de esta situación que se
traduce en un evento de uno en 284 mil años, tal como lo indica Brian McNoldy,
investigador asociado en ciencias marinas, atmosféricas y de la Tierra de la
Universidad de Miami. La curva de temperatura media del Atlántico Norte parece
haberse escapado rápidamente hacia arriba desde finales de enero, a la vez que
se muestra claramente por encima de la serie de datos que se inicia en 1981.
Este aumento de la temperatura del mar podría provocar
huracanes más intensos en el Atlántico este año, cuando se espera que la
temporada de huracanes comience el 1 de junio y termine el 30 de noviembre. Con
El Niño en retirada es de esperar que el gradiente vertical de viento
(cizalladura) sea menos intenso y facilite las cosas para desarrollos tropicales.
Los huracanes se forman a partir de una capa de agua
oceánica que los vientos evaporan antes de elevarse y formar nubes de tormenta.
Unas aguas más cálidas dan más energía al sistema, acelerando este proceso y
permitiendo que se formen rápidamente violentas tormentas.
Los científicos descubrieron anteriormente que el cambio
climático ha hecho que las temporadas de huracanes extremadamente activas en el
Atlántico sean mucho más probables que en la década de 1980, sigue indicando
Live Science. Esto se debe a que aunque los océanos más calientes no hacen que
los huracanes sean más frecuentes, sí los hacen más fuertes y de crecimiento
más rápido cuando se dan las condiciones de circulación en altura.