En la mañana del 20 de septiembre de 1988, Tara Calico, una joven de 19 años residente de Nuevo México, EE.UU., salió de su hogar para su rutinario paseo en bicicleta. Sin embargo, este día marcó el inicio de un misterio que perdura hasta hoy. Tara nunca regresó a casa.
Su madre, Patty Doel, quien solía acompañarla en sus paseos pero había dejado de hacerlo debido a una sensación de ser seguida por un automovilista, se alarmó cuando Tara no regresó al mediodía. A pesar de los esfuerzos de búsqueda intensivos, que incluyeron la recuperación de su Walkman y una cinta de cassette, Tara y su bicicleta nunca fueron encontradas.
Testigos informaron haber visto un Ford de 1953 con un camper siguiendo a Tara, proporcionando pistas vagas pero preocupantes sobre su posible destino. Sin embargo, estas pistas no condujeron al descubrimiento de su paradero. Sorprendentemente, en junio de 1989, surgió una fotografía Polaroid en un estacionamiento de Florida, a una distancia asombrosa de 2,414 kilómetros de donde Tara había desaparecido.
La imagen, aunque no verificada oficialmente, muestra a una persona que parece ser Tara, identificada por cicatrices coincidentes y la presencia de un libro de bolsillo marcado a su lado. En la fotografía, tanto Tara como un niño aparecen atados, amordazados y visiblemente aterrados, agregando una capa adicional de misterio a su desaparición. A pesar de numerosas investigaciones y teorías, el paradero de Tara Calico continúa siendo desconocido.