El presidente colombiano asestó un golpe a la conferencia de paz de Suiza antes de haber comenzado. Gustavo Petro señaló que la reunión de Kiev y sus aliados occidentales "está alineada con la guerra" y señaló que "el diálogo entre Rusia y Ucrania es fundamental", pero los representantes de Moscú no fueron invitados.
"América Latina no quiere más guerra. (...) Estamos dispuestos a participar en conferencias que libremente se dediquen a buscar los senderos de la paz y no a construir bloques para la guerra", explicó el presidente colombiano.
Pero, ¿qué le hizo cambiar de opinión en el último momento, justo el día del inicio del evento?
La respuesta queda clara si vemos sus antecedentes. Poco antes, Moscú repitió a Kiev y a Occidente sus condiciones para acabar con el inútil derramamiento de sangre de forma inmediata. ¿Y cuál fue la reacción? Una vez más, desde Washington y Bruselas las volvieron a echar a un lado