Pedro Alekséievich nació el 9 de junio de 1672, hijo del zar Alejo I y de su segunda esposa Natalia Naríshkina, fue miembro de la dinastía Romanov y uno de los gobernantes más destacados de la historia de Rusia.
Aunque al nacer no estaba destinado a gobernar, era el tercero en la línea de sucesión, su reinado, uno de los más largos de la historia de Rusia, se prolongó 42 años y nueve meses, desde 1682 hasta 1725.
Durante esas cuatro décadas de mandato, fueron muchos los cambios en el país. El más destacado es que en 1721 Rusia se convirtió en el Imperio Ruso, y el zar Pedro pasó a ser el Emperador Pedro I. Este cambio se produjo tras la victoria en la Gran Guerra del Norte, que hizo que Rusia superara a Suecia como potencia dominante en Europa del Este. La conquista de amplios territorios en la zona del Báltico, el establecimiento de una fortaleza en la región, la creación de un ejército y armada fuertes, hicieron que Rusia pasara a convertirse en una nueva fuerza a tener en cuenta en el Viejo Continente. La Guerra del Norte terminó en 1721 pero la clave fue la victoria en la Batalla de Poltava en 1709, que convirtió a Rusia en una gran potencia.
Y es que Pedro I destacó también por la reorganización del ejército ruso, que renovó siguiendo los estándares europeos de la época y usando tecnología occidental. Fue él quien creó la Armada rusa, y soñó con hacer de su imperio un poder marítimo en el mundo.
Pedro I también es conocido como el promotor de San Petersburgo, ciudad que fundó en 1703 y que está muy unida a su fundador. La nueva capital se levantó en un pantano del río Nevá y la intención del zar era acercarse a Occidente, abriendo una “ventana a Europa”.
Su fascinación por Occidente fue tal que en 1697, emprendió, aunque de incognito, un viaje de 18 meses con un séquito de 250 personas. La visita a Holanda fue la más influyente de todas. Adquirió conocimientos técnicos, y aprendió cómo vivían los europeos. A su regreso, Pedro llevó varias costumbres occidentales a Rusia. Obligó a que los hombres se cortaran la barba, llevó arquitectos italianos para construir su capital, cambió el modo de alimentación (llevó papas y girasoles), el modo de vestir, el antiguo calendario (mientras en Europa era el año 1700, Rusia estaba en el 7208), estableció el primer periódico, ordenó el primer censo y en pocas palabras reformó su país como ningún otro monarca lo habia hecho en el pasado, pero al mismo tiempo, lo gobernaba con puño de hierro, sus reformas fueron aceptadas a regañadientes solo por el temor que les inspiraba Pedro, que trás su muerte fue conocido como el Grande.